Dialogo... de a uno

Y ahora resulta que tengo que ponerme a pensar en escribir un dialogo de a uno, un monologo, si... una parva de frases coherentes o no, segun el lector, que se siguen cual vagones de un tren tan corto o tan interminable de acuerdo al grado de inspiracion que sirve como el carbon que alimenta la gran locomotora y lanza sus bocanadas de ideas dispersas que van fusionando de a poco en una gran cadena de palabras que como eslabones se unen unos con otros y que de otra forma, por separado no tendrian sentido alguno.
No solo el monologo debe ser pensado sino ademas recitado a traves de un aparato que lleva las palabras una a una a traves de interminables cordones y cables que recorren distancias impensables solo para perderse en el oido de quien no sabe captarlas, no en el momento y las deja escapar sin mas.
Y con el triste adios de las palabras que van desapareciendo a la distancia sin rumbo fijo, atras esta mi adios, el adios que seguira el mismo rumbo incierto o que llegara al oido para ser solamente escuchado, pero nunca respondido.
Por eso, este dialogo de a uno, monologo sin destinatario, publicado seras y por lo menos no habras sido escrito en vano.