viernes, 25 de julio de 2008

De la depresión, el subte y los emos

Hasta hoy no había notado qué tan deprimente es el subte a las 9 de la mañana.
Viajar acompañada de la mejor música que mi Mp4 me puede brindar hace del viaje tan sólo una transición casi sin importancia desde mi casa al trabajo.
Haberme quedado sin batería apenas arracó el vagón fue shockeante! Mis oídos quedaron aturdidos ante el silencio de decenas de personas que miran a otras personas, que escuchan su propia música, que intentan alargar sus horas de sueño con la pequeña siesta que roban en 20 minutos de frenadas y arranques entre estación y estación. Triste. Un paisaje que siempre me fue indiferente gracias a la música, pero que sin ella se volvió desolador, asfixiante, casi suicida por las caras de desgano, cansancio y aburrimiento.


Emos en acción

No siendo la falta de música razón suficiente para querer cortarme las venas con el subtepass, una parejita de "emos", esa nueva raza de especimenes asexuados y depresivos hasta la médula, se sentó frente a mi. PARADAAAAAA CHOFEEEEEEER! Quise tirarme por la ventana, pero decidí que quizá me podría entretener observando esta parejita de personajes salidos de una pelicula de Tim Burton y que al lado de Sweeney Todd lo harian parecer más felíz que Piñon Fijo.
Mientras el agobiante silencio de las voces era aún más acallado por el traqueteo de las vías, los emos se acomodaron en el asiento y la que parecía ser la hembra del par apoyó su cabeza sobre el hombro de su... macho... hmmm, no me suena mucho esa palabra para este caso, pero no se me ocurre mejor término. Silencio. Ni una palabra dirigieron se en todo el viaje. Creí que el hecho de tener que viajar más de diez estaciones compartiendo el vagón con estos dos raros ejemplos de seres me iba a ser entretenido, aunque sea para detectar patrones de comportamiento, o para descubrir cómo se relacionan con el medio que los rodea. Pero no. Una vez que adoptaron su posición, se inmobilizaron. Silencio. Quietud. De repente, la mano del macho acarició la cara de la hembra. Sucedio sólo un par de veces. Silencio.


Emo en posición

Quietud. Destino. Y como dos fantasmas perdidos en el limbo, se despertaron del estado comatoso en el que estaban para bajarse del vagón, en silencio, de la mano y con la vista perdida en algun lugar, quizá pensando en cuál será el próximo método de auto flagelación que utilizarán para saber que aún están vivos.




-Trajiste la Gillette?
-Si, obvio...

En fin, estas dos parodias de persona se mimetizaban tan bien con la depresión del subte que va en sentido contrario al centro a las 9 de la mañana, que hasta se podría pensar que son una parte más del vagon, como un asiento, un pasamano, una ventana, un emo...





-Ya llegamos a Chacarita?
-Si, dale, baja!
 
"Life is not a succession of urgent "now's", it is a listless trickle of "why should I's?" John Wilmot